miércoles, 26 de diciembre de 2012


Rector nombra a Ex Contralor General de República como Vicerrector Administrativo


Martes, 11 de Diciembre de 2012 00:35
José Chen Barría, reconocido panameño que se ha destacado en su vida pública como uno de los mejores contralores que ha tenido el país, fue nombrado por el Rector, Dr. Gustavo García de Paredes y ratificado por el Consejo General Universitario (CGU) como Vicerrector Administrativo de la Universidad de Panamá.

Nació en la ciudad de David, provincia de Chiriquí, es egresado de la Universidad de Panamá, de la carrera de Licenciatura en Administración Pública. Realizó estudios de Maestría en la Graduate School of Public and International Affairs de la Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania, USA. Estudió Comunicación Social en la Universidad Santa María La Antigua.

Ha desempeñado cargos en el sector público como Director Nacional de Migración, Sub Contralor y Contralor General de la República, Director de Autoridad de la Región Interoceánica (ARI). Miembro del equipo negociador de la deuda pública en el "Club de París" y Comité de Bancos.


Su relación con la Universidad de Panamá es muy estrecha, ya que cuenta con una carrera de más de 33 años en docencia superior como profesor regular en la Casa de Méndez Pereira, en la Facultad de Administración de Empresas y Contabilidad y compitió por la Recetoría en el año 2003 como contraparte del actual Rector.

A continuación, ofrecemos un extracto de los puntos más relevantes, de las palabras que el nuevo Vicerrector Administrativo pronunció ante el CGU tras la ratificación.

Para ninguno de ustedes es extraño que yo participé en la campaña electoral por la Recortaría en el 2003, tampoco es extraño para ustedes que estuve en los medios, ... televisión, radio, periódicos y en todos los CRU, dónde sostuve debates frente a frente con el Sr. Rector. Durante la campaña electoral el Rector me invitó a que fuera su Vicerrector; en se momento le manifesté que no podía, ya que el equipo que me acompañaba, probablemente podría sentirse defraudado.

Acepté la propuesta del Rector, porque creo que el país necesita a la Universidad de Panamá. La sostenibilidad de este desarrollo que estamos viviendo, requiere de los recursos humanos necesarios y gran parte de la formación de este recurso, es responsable la UP. En la educación superior para el siglo XXI, hay exigencias y requerimientos que tienen que cumplirse, si quieren enfrentarse a los retos del siglo del conocimiento.


Siento que la UP vive un proceso un transformación institucional que el Rector ha liderizado y que se necesitan profundizar por lo menos en los 4 años que aún le quedan en su Rectoría. La UP es un microcosmo del país, lo que pasa en el país, pasa en la UP y lo que pasa en la UP, debe reflejarse en la sociedad Panameña.

Creemos que tenemos que cambiar la forma de administrar los recursos, que el pueblo panameño deposita en el UP; para devolverle esos recursos a la sociedad panameña con los mejores profesionales y técnicos que podemos brindar al desarrollo humano, social y económico.

Creemos también en que la UP tiene que mandar un mensaje claro, en cómo va a administrar estos grandes proyectos de inversión y no podemos tener una sola mancha en la administración de estos recursos. No recuerdo en un periodo de la UP que haya recibido una cantidad millonaria de recursos para inversión.

Por otro lado, compro la idea del Sr. Rector de hacer "La Universidad del Siglo XXI" en el Campo de Antenas, de construir un nuevo Centro Regional de San Miguelito, de invertir en investigación, desarrollo e infraestructura; porque eso es lo que garantiza tener una educación de primer mundo, en la sociedad Panameña.

Quiero que sepan, y lo dejo claro con toda sinceridad, yo no vengo a competir por la rectoría. Y lo dejo claro porque uno hace su cálculo. Yo estoy seguro que el Sr. Rector va a cumplir sus 4 años. Cuando él cumpla sus cuatro años, ya yo tendré 71, y ya yo estaba retirado, gozando de una vida fuera del stress que puede producir un Vicerrectoría o una Rectoría.

Quiero que esta Universidad camine hacia la luz, pero hacia la luz del conocimiento, de la academia, de la transformación, la ciencia y la tecnología, y no de la politiquería. Quiero que esta Universidad camine hacia el futuro acompañando el futuro de la sociedad panameña y del futuro de todos los panameños.

Todos tienen que acompañarnos a una transformación universitaria profunda, en la cual todos debemos que cerrar fila.

Les agradezco muchísimo la ratificación, probablemente soy un outsider dentro del equipo, sin embargo la confianza y el apoyo que el Sr. Rector me ha brindado, es lo que me ha hecho regresar a la academia y a mi alma máter, porque soy producto de esta universidad. Yo me gradué en esta universidad, estuve 33 años enseñado y regreso a ella para que en mis últimos días profesionales pueda contribuir, al igual que hacen ustedes con un granito de arena para edificar el conocimiento de este país. Muchas gracias.






 

domingo, 11 de noviembre de 2012

EN NOMBRE DE ELLOS,


MÁS QUE UNA NOVELA, UNA REALIDAD

 Cristelle García
Estudiante de IX° en el Colegio Manuel María Tejada Roca

La novela En nombre de ellos del autor José Chen Barría es una descripción de la vida de tantas familias panameñas y de cualquier país tercermundista.  Esta obra nos lleva a un recorrido detallado y descriptivo de todos los aspectos de la vida cotidiana de una muchacha de campo, quien ve en el estudio la única manera de salir adelante y, por ende, de escapar de la pobreza.
 El autor nos narra la historia de María, la misma inicia cuando es concebida,  prácticamente, en un acto de violación de su padre hacia su madre, mostrándonos así  la cruda realidad de tantos niños que, lejos de ser concebidos con amor, son simplemente el resultado de un acto de satisfacción sexual.  Desde ese instante el lector puede percatarse que la vida de María no va a ser fácil.
María crece en un ambiente de extrema pobreza en el cual no tuvo la oportunidad de tener una infancia como la de otros niños, ya que careció de juguetes, de prendas de vestir, de zapatos y no contó con una vivienda en la que tuviera una habitación propia o una buena cama para dormir, sino una pequeña choza que debía compartir con su familia, donde tenían que dormir sobre cartones o sobre madera.
 Momentos de gran alegría para María fue cuando inició su escuela. Es en esta circunstancia en el que aparece un personaje que marcaría positivamente su vida, la maestra Tita, quien llena de ilusiones llega al pueblo de La Esperanza en el cual impartiría sus clases lejos de las comodidades a las que estaba acostumbrada, puesto que esta escuela, “si se puede llamar así” era simplemente un rancho que carecía de implementos básicos como tablero, tiza y mucho menos textos actualizados.   Aún así con gran esfuerzo y empeño, la maestra Tita animó a sus estudiantes a seguir adelante, entre ellos María, quien siempre demostró ser una excelente estudiante. Al terminar este episodio pude observar la segunda clara manifestación del machismo de Pablo (padre de María) al no querer enviar a estudiar y trabajar a su hija a la capital, limitándola así al círculo de pobreza en el cual él había nacido y crecido.
Gracias a la insistente intervención de la maestra Tita, ésta logra convencer a Pablo de que le permita a María viajar a la capital, con el propósito de estudiar y trabajar para superarse. He aquí donde el autor nos abre los ojos y podemos comparar dos mundos completamente diferentes.
María, al llegar a la capital, es recibida por Kukita, la que por un tiempo indeterminado sería su patrona e inmediatamente le dio las indicaciones que debía seguir para realizar su trabajo con eficacia. En ese preciso momento María se da cuenta de que la vida en la ciudad es un mundo completamente distinto al que ella estaba acostumbrada a vivir; de un lugar humilde que carecía de servicios básicos como  luz y agua, pasó a vivir en lo que ella consideraba un palacio debido a todas las comodidades que allí poseía; pero pronto se dio cuenta de que la vida en aquel lugar, sería un poco difícil, ya que su patrón tendía a acosar a sus empleadas lo que obligó a María a guardar distancia.
Poco tiempo después de residir en la capital, María ingresa a estudiar en un centro escolar dirigido por monjas donde logra graduarse con honores. Ella enfrenta una vez más la injusticia social cuando le pide a su patrona la autorización para continuar sus estudios en una escuela nocturna oficial, la cual es rechazada. María abrumada por la negativa de la señora Kukita se ve obligada a renunciar a su trabajo, pero a la vez inspirada por la frase que la patrona le dijo la cual en vez de deprimirla la animó a seguir adelante. Esta frase fue: “La gente pobre lo que necesita es trabajar, no estudiar.”
A medida que María estudiaba y trabajaba, abría los ojos ante las injusticias sociales que observaba cada día, la explotación de los patronos hacia los empleados, el alto costo de la vida y todos los problemas que vivir en una ciudad conlleva. A pesar de esto, María siguió estudiando y gracias a su esfuerzo logra graduarse una vez más con honores de la escuela nocturna.
Terminada esta etapa decide entrar a la universidad y enfrenta la gran decisión de su vida, ¿Qué estudiar? Con María aprendí que un título universitario no garantiza a nadie salir de la pobreza y menos tener un empleo bien remunerado.
María entra a la vida universitaria donde conoce otro mundo y se percata del tráfico de influencias y la politiquería. En la universidad María conoce a un joven que le atrae mucho para tristemente darse cuenta que este joven solo tenía motivos religiosos para acercarse a ella. El autor, a través de toda la obra, nos presenta lo que puede ser la religión para una persona. Para María, en su infancia la religión fue la que le permitió tener un nombre ya que la fe de bautismo era la única constancia de su nacimiento, posteriormente vimos como las monjas donde estudió María, trataron de atraerla para que perteneciera a su congregación y ahora en la universidad, era la candidata perfecta para pertenecer a un grupo religioso y ganar adeptos. La protagonista se debate entre sus creencias y la realidad que vive cada día.
En la vida universitaria, María conoce a Teresa y es aquí en donde puedo comparar las dos situaciones de encuentro sexuales que nos narra el autor. El primero, la concepción violenta de María en donde Juana, madre de María, es forzada a una relación sexual que tuvo sus consecuencias, pero a pesar de la extrema pobreza en que vivía Juana y al futuro incierto, ella opta por darle vida a ese nuevo ser que llevaba en las entrañas: María. Por otro lado, Teresa, muchacha joven y bella, con una posición económica estable y que, por situaciones de ignorancia, mantiene relaciones sexuales con un hombre machista y quien no valora la vida humana.  Contrario a Juana, Teresa toma la equivocada decisión de no traer su hijo al mundo lo que le provoca la muerte.
A través de los trabajos de María podemos percatarnos que, a pesar de ser ambientes diferentes, las situaciones económicas eran similares, ya que en su trabajo como vendedora, sus compañeros pasaban hambre para ahorrar lo poco que ganaban para poder cubrir con sus necesidades básicas; en cambio en su trabajo en una institución financiera podemos observar cómo sus nuevos compañeros se limitaban de sus necesidades esenciales para llevar una vida que no iba acorde con su salario.
Quiero concluir mi comentario con dos importantes temas: La superación y la pobreza. En nombre de ellos, es una clara muestra de que cuando existe el deseo de superación se puede salir adelante a pesar de los obstáculos. Lo vemos claramente reflejado en la vida de María y de su hermano Pedro, quienes con mucho esfuerzo y sacrificio lograron salir de un ambiente marginal y abrirse camino, paso a paso, hasta alcanzar las metas deseadas.
El tema de la pobreza es analizado desde dos puntos de vista. La pobreza vista por los que nunca han sido pobres y la pobreza percibida desde la perspectiva de los que la viven a diario. Para tal efecto, el autor nos describe dos mundos diferentes, los cuales entrelaza para que el  lector pueda percatarse de la realidad de las injusticias sociales. Así quienes hablan de solucionar este problema nunca han sabido lo significa acostarse con el estómago vacío. Hablar de hambre no es lo mismo que sentirla.  ¿Cómo se puede hablar de hambre  mientras se degustan exquisitos platillos?
Esta novela nos lleva a cada uno de nosotros a reflexionar que la pobreza no es solamente carecer de dinero o de bienes materiales. La pobreza también es mental y que mientras esta persista, nunca podremos salir adelante y seguiremos siendo manipulados por los sectores políticos, religiosos o sociales según su antojo. En nombre de ellos es una invitación a conocer la sociedad panameña, más que una novela, es una realidad.























sábado, 10 de noviembre de 2012

EN NOMBRE DE ELLOS, UN APRENDIZAJE PARA LA VIDA



                          Laura González

Estudiante de IX° en e
Colegio Manuel María Tejada Roca
de la ciudad de Las Tablas.

            La lectura de la novela En nombre de ellos de José Chen Barría me ha llevado a una profunda reflexión, después de la cual tan solo necesito una palabra para describir el mundo que presenta el relato: realidad. Realidad porque la temática desarrollada en la novela es lo que ocurre en el mundo todos los días, ya sea en América, en Europa o en cualquier lugar.
 La pobreza tanto económica como mental  son fenómenos que abundan en el hombre de hoy. La pobreza económica se multiplica;  sin embargo,  es la pobreza mental  la que  afecta a las personas sin visión, sin imaginación, sin deseos de ayudar, sin una idea por la cual vivir, personas que solo se tienen en mente a sí mismos; personas como éstas hacen del mundo un lugar menos equilibrado.
También están las personas que ya sean o no pobres económicamente, tienen todo aquello que he dicho sobre lo que les falta a otros, porque no se trata solo de ayudar a los demás y de ser una buena persona, sino de superarse uno mismo, pensar en llegar a la cima, en cambiar el mundo, en hacer historia, en dejar un legado, de eso se trata cuando hablamos de  escapar a la pobreza mental.
Cuando hablo de intentar escribir una nueva historia o de cambiar el mundo para que sea más justo, no me refiero a que sea masivamente; en realidad mis ideas se enfocan a intentar de influir de esta forma en la vida de las personas que nos necesiten.
 En la novela En nombre de ellos, José Chen Barría nos presenta, por una parte la vida de esta chica llamada María y por otra la de los políticos y altos personeros adineradas. Dentro de estos dos temas, encontramos una clara imagen del ámbito social y  económico del país.  Dentro del entorno social, encontramos las experiencias que experimentan los personajes, los cuales reproducen la realidad de la sociedad panameña, magistralmente descrita en la historia, pues, por un lado están los que controlan la economía, manipulan las posibilidades de trabajo los cuales, dicho sea de paso, no se obtienen de forma profesional, sino que su consecución depende del estado social o la inclinación ideológica en que estés y los contactos que se tengan.  La mayor parte de la población se ubica en el grupo de los que dependen del sector dominante.
Al hablar de la vida de María, el autor me permite descubrir la verdad de la vida, me enseña que la lucha, el estudio y la educación constituyen la única vía para lograr  un mundo mejor.  Me enseña también que  la perseverancia, la honestidad y los valores que encierra esta muchacha en su personalidad son su mayor riqueza; ella demuestra no tener ni una pizca de pobreza mental, porque tenía una meta y algo por qué vivir.
Al leer sobre su vida aprendí que no solo se trata de pensar en quién puedes ser y lo que puedes hacer, se trata de hacerlo o, por lo menos, de intentarlo. Encuentro interesante la idea de que sea posible que una persona viniendo de una familia que era ignorante, no porque así lo quisieran, sino porque no tuvieron las oportunidades.  A pesar de sus circunstancias, María  demuestra  un pensamiento admirable frente el mundo.
Esto nos demuestra que somos lo que somos desde que nos conciben; es  decir esto no significa que las personas a nuestro rededor no influyan en nuestras vidas, claro que si lo hacen, pero interpretamos lo que nos digan, de acuerdo a cómo somos.
Encontramos el ejemplo de la religión, que dice que debemos ser pobres para llegar al reino de Dios, esto influye mucho y de forma negativa en las personas, pero es una frase que la mayoría de las veces es malinterpretada por las personas y provoca que se limiten.
 Al hablar de los personajes en general, los mismos son personas con las que cualquiera se podría identificar, ya que tienen actitudes muy comunes en la vida panameña. A l ver la vida de los políticos y personas adineradas presentes en la historia, encontramos una imagen contraria al cien por ciento en comparación con la vida de María. Personas interesadas solo en el dinero, en las apariencias y en el qué dirán, eso sí es pobreza mental. Cuando nos presentan a estos personajes podemos notar la abundancia de presuntuosidad en el área y de hipocresía en cuanto a los demás y a sí mismos. Otro aspecto digno de comentar  es que personas como éstas se engañan ellos mismos al aparentar ser quienes no son en verdad.  esto también afecta a los demás ya que al fin de todo, todos viven en una mentira.
Esto se demuestra al leer sobre el proyecto Millenium y la forma en que el presidente de la republica lo presentó  al haber organizado una actividad tan lujosa para un proyecto que debido a su irresponsabilidad y ambición hacia el dinero y no hacia la ayuda que podría haber dado a millones de familias de bajos recursos, fracasó.
Después de haber leído esta novela, pude entender que la vida no se trata solo de buscar un empleo, ni de hacer dinero; se trata de superarse uno mismo como persona y, tal vez, influir en los  demás para crear  un mundo en donde los demás puedan vencer su propia realidad promoviendo un ambiente de justicia..
           

sábado, 22 de septiembre de 2012

CLAMOR Y FE EN LA NOVELA EN NOMBRE DE ELLOS

                                                                                                                             Betzaida Barahona

José Chen Barría, se ha dado a conocer de diferentes formas en el sector político, público y privado.  Ha trabajado en muchas empresas y sus servicios al país han sido muy reconocidos.  Su labor pública la podemos resumir en unas cuantas palabras: José Chen Barría es un hombre honesto y nadie lo pone en dudas.

   Hoy se da a conocer por medio de la literatura, a través de su novela  En nombre de  ellos.  Nos habla sobre la realidad que viven las personas de nuestro campo, tanto cuando se encuentran en su lugar de nacimiento y de trabajo y aún cuando emigran a la ciudad.  Los problemas que enfrentan los niños, aquellos que quieren ser alguien en la vida, aquellos que desean estudiar, aquellos que quieren salir adelante y sacar a sus familias de la pobreza en la que se encuentran.

   Todos estos problemas y muchos más se encuentran muy bien plasmados en su libro, el cual habla de muchas verdades que se viven en nuestra sociedad.

     Para mí, ha sido una gran experiencia la lectura de esta novela, ya que me ha llamado la atención la forma como el autor manifiesta la realidad de la sociedad panameña.  Muchas personas se hacen las desatendidas cuando se habla de este problema, sobre todo los que son favorecidos, por lo tanto no les interesa solucionar estas dificultades.  José Chen Barría ha concebido este libro con mucho sentimiento, ha hecho que me transporte a  esos momentos y que viva esas historias  como si fueran más. La forma como cuenta las historias de estos jóvenes es espectacular.

    Manifiesta de una forma singular de los campesinos en nuestros días y me parece  maravillosa la forma cómo se logran salir adelante por sus propios medios, trabajando duro y con mucho esfuerzo.  Se expresa de una manera única, ha descrito las cosas de tal forma que parece que viviera en el campo, con esas personas que enfrentan los mismos problemas que sus personajes viven.

   Cuenta la forma cómo nace María una de las protagonistas de esta historia, después cómo ella y su hermano Pedro van a la escuela y descubren que el mundo no se acaba donde ellos viven, que el mundo es más grande, maravilloso y complejo de lo que ellos piensan.

    Su papá no quería permitir que ellos se fueran a la urbe, debido a que tenía miedo de que fueran lastimados por las personas que viven en ella.

   Gracias a los consejos de la maestra Tita los dos jóvenes pudieron viajar a la ciudad, a pesar de que a la maestra le costó mucho convencer al señor Pedro para que dejara viajar a María a la capital.

   María tuvo que enfrentar muchos problemas para poder salir adelante, primero fue la situación que tuvo que vivir en la casa de doña Kukita, el esposo de esta señora trató de abusar de ella, pero  no se dejó.  Lo enfrenta y no pasa nada.   Después de un tiempo, la señora de la casa no la quería dejar estudiar, pero pudo lograr terminar sus estudios secundarios y logra graduarse con honores.  Estuvo ahorrando plata para traerse  a su hermano Pedro para la capital para que trabajara.  Él logró conseguir un trabajo como conserje, lo más increíble es que le pagaban B/.200.00 al mes y tenía que hacer de todo un poco: limpiador, electricista, jardinero y otras cosas más de las cuales no conocía nada.  Pero, con todo eso salió adelante y tuvo una fuente de ingreso.

    Pedro conoció a un amigo de la comarca con el cual conversó y descubrió que era guardia de seguridad, a él le gustaba ese trabajo, pero cambió rápido de opinión cuando se enteró de que solo ganaba B/.90.00 por quincena le pareció una tontería, pues cómo es posible que una persona que trabaja como guardia de seguridad, trabajo de por sí arriesgado, trabaja más horas de lo normal se le va a pagar esa pequeña cantidad.  ¡Es una injusticia! ¡Es una inmoralidad!

     Pedro cambia de profesión, se mete a taxista, al principio le fue mal en el puesto que no le permitía ganar mucho dinero; sin embargo, poco a poco, las cosas le fueron cambiando. Después de un largo año de estudio y trabajo, Pedro logró graduarse como Técnico en Servicios de Hotelería.  Así, con trabajo y esfuerzo, con el sudor de su frente, Pedro fue saliendo adelante, pero por injusticias de la sociedad, después de muerto lo acusaron de ser contrabandista de drogas, omitiendo el nombre del pasajero que transportaba, puesto que seguramente era una personalidad que a nadie le convenía que su nombre saliera a la palestra.

   Este es el ejemplo en el cual hay una clase que maneja hasta los medios de comunicación.

    María enfrenta muchos problemas, pero al final logra también salir adelante y se gradúa como Licenciada en Bancas y Finanzas y encuentra un buen trabajo.

   Debemos imitar el ejemplo de Pedro y María, quienes con sus esfuerzos y sudor salieron adelante, se graduaron con honores, consiguieron trabajo y, a pesar de que les era muy difícil lograrlo no se rindieron, fueron perseverantes y lucharon contra los obstáculos que les puso la vida.

   Lo que nos quiere demostrar José Chen Barría es que debemos luchar por lo que queremos sin detenernos frente a los problemas que la vida nos presente, porque cuando uno quiere de verdad lograr algo, se propone y lo alcanza.

     En estos momentos, compañeros, si queremos ser alguien en la vida y tener una profesión por la cual nos reconozcan, tenemos que proponérnoslo y lograrlo, nunca debemos rendirnos ante las adversidades, porque tenemos que ser ganadores y nunca debemos dejarnos derrotar por las injusticas de la vida.

 Texto leído en la presentación de la novela En Nombre de Ellos en el colegio Manuel María Tejada Roca en septiembre de 2007.

 

LA POBREZA EN LA NOVELA EN NOMBRE DE ELLOS

               Nigma García Arámburo

   La novela En nombre de ellos de José Chen Barría es una gran lección, porque nos obliga a reflexionar, porque nos hace identificarnos con nuestra realidad, porque nos lleva a meditar sobre los engaños a los que ha sido sometida la sociedad por los que más tienen.  Hablar sobre pobreza, siempre es embarazoso y aterrador, puesto que ver los niveles tan difíciles en que les toca vivir a los desposeídos, no por su voluntad sino por la mala distribución de la riqueza, conduce, en no pocas ocasiones a la indiferencia colectiva para acallar conciencias. Los índices de pobreza son cada vez más altos, no solo en nuestro país, sino también en el mundo.

   He dicho que la sociedad entorpece la mejora de la calidad de vida de aquellos a quienes, de manera antojadiza  hemos acordado en llamarles pobres, ya que en ciertos casos las personas nunca tienden a preocuparse por las condiciones en las cuales se encuentra el prójimo.

      ¿Qué  es lo que hacen las personas hoy día frente a tales situaciones? En vez de acudir con diligencia para auxiliar a alguien que sabemos que necesitan de nosotros, el corazón de la sociedad se torna duro y prefiere distraerse en otras cosas sin sentido, olvidando que existen personas que no tienen ni siquiera qué llevarse a la boca, no pueden continuar estudios; es decir, ni siquiera tienen esperanzas de poder salir del abismo social en el que se encuentran.

    Por ello, la novela de José Chen Barría es un auténtico llamado de atención que nos permite una visión diferente. Todavía en Panamá  existen madres que mueren de parto, aquí en nuestro pueblo hay pepenadores que rebuscan en la basura el pan nuestro de cada día, hay niños maltratados, existe el trabajo infantil, los niveles de delincuencia son alarmantes, al grado de que la ciudad de Panamá se ha convertido en un verdadero peligro.

     Hermana gemela de la pobreza es la ignorancia.  Sí la ignorancia.  El factor social que le impide a muchos percibirse desde la óptica de su esencia, de la igualdad del ser humano, de las oportunidades que puede dar una educación, pues la persona educada lo primero que abandona es su conformismo, proponiendo o creando nuevas alternativas que le permitan salir del estatus en que se encuentra.

    Sin embargo, debemos recordar el concepto que Pablo Freyre propone en La pedagogía del oprimido, obra en la cual se demuestra que el mayor problema social es que el egoísmo ha estirado de tal manera sus tentáculos en la sociedad, que el pobre no aspira a salir de la pobreza para ayudar a sus semejantes, sino que anhela colocarse en el bando de los ricos pasa someter a los que viven en las mismas condiciones que él.

    Yo considero que la vida es un privilegio y que por más difíciles que sean las instituciones que nos toquen vivir, siempre va a haber algo que nos ilusione, que nos dé esperanzas y, por ende, nos devuelve las ganas de vivir. 

    Muchas personas que viven en extrema pobreza no le encuentran sentido a la vida, pero me atrevo a asegurar que aunque piensen que todo su camino está lleno de oscuridad y frío, no es así ya que si deciden seguir adelante y afrontar todos los caminos desconocidos, podrán encontrar la luz y la seguridad y darle un nuevo sentido a sus vidas.

  Es el caso de María, la protagonista de En nombre de ellos. No tiene nada.  Ni siquiera esperanzas. Sin embargo, con la ayuda de la maestra Tita se traslada a la capital, dispuesta a continuar estudios secundarios y a abrirse un destino.  Y, académicamente, lo logra, pues alcanza una licenciatura; no obstante, cuando aspira al cargo para el cual está preparada se encuentra con una realidad más cruda: la oligarquía le cierra los caminos y le impide continuar. El final es abierto, nos invita a pensar que María no se conforma con un revés sino que es capaz de seguir adelante.  Lo mejor de todo, compañeros, es que María puede ser la imagen de cada uno de nosotros que luchamos, porque tenemos fe en un mejor mañana. Por lo tanto, no me queda más que invitarlos a leer En nombre de ellos, porque es una novela que nos describe a todos y que, sobre todo, nos invita a comprometernos, en el presente y en el futuro con nuestros semejantes.

                         Texto leído en la presentación de la obra En nombre de ellos en septiembre de 2007.

 

 

martes, 18 de septiembre de 2012

PALABRAS DE DIMAS LIDIO PITTY EN LA ENTREGA DE LA MEDALLA JUAN B. GOMEZ...




PALABRAS EN LA PRIMERA ENTREGA DE LA
MEDALLA JUAN B. GÓMEZ AMADOR
A LA EXCELENCIA CULTURAL

Por D. L. Pitty

Señoras y señores:

Los organizadores de este significativo acto cívico-cultural —que se propone resaltar los esfuerzos y aportes a la búsqueda de la excelencia cultural realizados por el distinguido ciudadano José Chen Barría, haciéndole entrega de la medalla que lleva el nombre de don Juan Bautista Gómez Amador—, han tenido la gentileza de invitarme a decir unas palabras sobre el sentido de la ceremonia y, de modo ineludible, en torno a la trayectoria cultural y humana del amigo desaparecido hace un año, quien se caracterizó como un luchador incansable por la cultura.
Desde joven, Juan B., como lo llamaban sus amigos, fue un hombre consagrado a la vida, a las palabras y a los libros. Para él la lectura era un placer esencial y un medio, quizás sin parangón, de cultivo y elevación espiritual.
Recuerdo que, allá por la segunda mitad de la década del cincuenta del siglo pasado, dirigentes estudiantiles del Colegio Félix Olivares que militábamos en la Federación de Estudiantes de Panamá, como Roberto Kraus (+), Fabián Cubilla, Heraclio Sanjur, Julio Candanedo y Raymundo Pittí, entre otros, formábamos tertulias y debates en el Parque Cervantes y en las refresquerías del cine Alcázar y la Casita Blanca, en torno a coyunturas políticas, corrientes de ideas, escritores y libros que leíamos.
Los nombres de Rodó, Martí, Ingenieros, Hostos, Vargas Vila, Arévalo, Dostoievski, Gorki, Zolá, Sartre, Camus, Thomas Mann, Neruda, Lin Yutang, Malaparte, Jan Valtin y Virgil Gheorghiu afloraban en los diálogos. Y, por supuesto, obras como La náusea, El muro, El extranjero, La peste, El canto general, Los hermanos Karamazov, La madre, La piel, Kaputt, El patriota, La montaña mágica, La noche quedó atrás y La hora 25 eran objeto de atención y referencias.
Aunque era algunos años mayor que nosotros y escribía artículos de opinión en el diario Ecos del Valle, Juan B. se acercaba algunas veces a las tertulias y emitía comentarios sobre los temas debatidos, fuesen éstos históricos, políticos, literarios, éticos o culturales. Así nació la relación entre el adolescente que era yo y el adulto joven que era él.
Décadas después, tras muchas andanzas, vicisitudes, adversidades, venturas y ejecutorias, que cada cual afrontó por su lado, al reencontrarnos ambos, otra vez como residentes en el suelo natal, aquel trato superficial y esporádico se transformó en limpia amistad y aprecio mutuo.
Entonces Juan B. publicaba su columna “Al margen de los temas” en La estrella de Panamá y después, durante varios años, apareció en El siglo, donde fuimos compañeros. Simultáneamente, Juan B. producía el “Radioperiódico Impacto”, que se transmitía diariamente por Radio Chiriquí, la radioemisora del legendario maestro Ramón Guerra, y gozaba de gran sintonía.
Lo anterior quiere decir, pues, que desde edad temprana Juan B. entregó al periodismo sus mejores afanes y desvelos. Y no dejó de hacerlo hasta el final, como les consta a los presentes y a todos los chiricanos. Además, procuraba compartir la información y los conocimientos que había adquirido mediante la lectura.
Ahora bien, no se interpreten estas palabras en el sentido de que él era uno de esos seudoilustrados (endémicos en todas partes, como algunas plagas, insectos y malezas) que aprovechan la menor oportunidad, venga o no venga a cuento, para ostentar su pedantería de aparentes sabihondos “leídos y escribidos”.
Juan B., por el contrario, habiendo sido temprano oficiante de la lectura y asiduo concurrente a bibliotecas —al respecto, recuerdo cuando, en los años sesenta, lo veía llegar, casi diariamente, a la Biblioteca Nacional de la ciudad de Panamá, entonces ubicada en el barrio de San Felipe, cerca del palacio presidencial. Luego supe que, durante sus años en el servicio diplomático en Madrid y Buenos Aires, visitaba las grandes bibliotecas y librerías de aquellas capitales—, no presumía de ilustración, sino que más bien utilizaba el fruto de sus lecturas para intentar comunicarse mejor con los demás.
Precisamente, porque comprendía que, en su calidad de periodista y escritor, la lengua hablada y escrita era su herramienta fundamental, Juan B. le concedía extremada atención a las cuestiones lingüísticas, de modo particular al buen uso en el habla cotidiana y a los aspectos ortográficos y sintácticos. Incluso en su radioperiódico mantenía un segmento fijo de correcciones idiomáticas.
Este interés suyo explica por qué la Academia Panameña de la Lengua lo distinguió con la designación de Académico Correspondiente, y también por qué fue honrado con el Premio a la Excelencia Periodística, en reconocimiento al trabajo de toda una vida.
Como ciudadano y hombre de intereses y preocupaciones culturales, Juan B. no dejó de aconsejar y promover el hábito de la lectura en la comunidad chiricana. Hasta regalaba libros, a entidades, colegios y personas, cada vez que podía. Era un convencido de que la lectura es el medio más efectivo y asequible para que cualquier persona se supere y adquiera una amplitud de perspectivas que le facilite el desenvolvimiento en la vida.
Y no le faltaba razón, por supuesto, porque los libros son la memoria de la especie: en ellos está no sólo lo que hemos sido, sino, en buena medida, lo que somos; y, además, contienen prenuncios o atisbos de lo que seremos o podremos ser. En consecuencia, aunque parezca hiperbólico o suene a disparate, se puede decir que, para toda persona sensible y abierta a los horizontes espirituales, en el interior de cada libro palpita la humanidad.
Ahora, en esa noble línea de inquietudes y de afanes, un grupo de chiricanos ha tenido la plausible iniciativa de crear un galardón a la excelencia cultural, destinado a resaltar los empeños y los aportes de quienes se preocupan y luchan por elevar los niveles educativo y cultural de la provincia.
En esta primera ocasión han escogido al ciudadano José Chen Barría para que reciba la presea. Chen Barría es un chiricano sobresaliente, sin duda, que siempre se ha mostrado interesado en los asuntos esenciales de la provincia, entre los cuales, obviamente, figuran la educación y la cultura.
Así, pues, la ceremonia que nos congrega posee doble significado: por un lado, es un merecido reconocimiento a los esfuerzos que ha desplegado José Chen Barría en pro de la educación y la cultura en la provincia; por el otro, es un homenaje a la memoria del ilustre periodista, escritor y noble amigo don Juan B. Gómez Amador, devoto de los libros y promotor incansable de la lectura y de la superación personal permanente en todos los niveles.
Juan B. murió veinticinco días después de haber cumplido ochenta años de edad. Con motivo del onomástico, fueron leídos en su radioperiódico unos versos de salutación que ahora comparto con ustedes, para que pensemos o sintamos que Juan B. sigue en los quehaceres cotidianos y esta noche está con nosotros:
A JUAN B., EN SU CUMPLEAÑOS

En Chiriquí, el periodismo
tiene un cultor consagrado,
cuya vida ha dedicado
al país, sin egoísmo.
Le sirven para lo mismo
el micrófono, la pluma,
el juicio claro y, en suma,
la cultura y el talento,
que alumbran su pensamiento
aunque haya noche o bruma.

Por la palabra y el acto
se conoce al hombre honesto
y en Chiriquí es prueba de esto
Radioperiódico Impacto.
Un programa fiel y exacto
en la verdad, su medida
es la audiencia agradecida,
que hoy lustra con piedra pómez
el nombre de Juan B. Gómez,
en sus ochenta de vida.

Potrerillos, 21 de agosto de 2011


Hoy, un año después de su partida, quizás convendría, y no sería exagerado o irreverente, agregar a su epitafio una frase de Jorge Luis Borges que dice: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.” Seguramente Juan B. recordaría a Balzac, Zolá, Dickens, Papini, Blasco Ibáñez, Unamuno, Baroja y otros autores favoritos suyos, y convendría en que, de algún modo, tales palabras del eminente maestro argentino sintetizan y expresan lo que él pensaba.
Para terminar, señoras y señores, reitero mis felicitaciones al amigo Chen Barría y, como humilde hijo de las faldas del Barú, les doy las gracias a nuestra tierra y a ustedes.
Muchas gracias.


Culturama, David, 15 de septiembre de 2012

lunes, 17 de septiembre de 2012

CHIRIQUÍ
Un premio a la excelencia
RAÚL LÓPEZ
Chiricanos recuerdan a Juan B. Gómez entregando una medalla que lleva su nombre. José Chen Barría recibirá esta distinción. ‘Es un premio a la cultura y al periodismo responsable’, dice
Un premio a la excelencia
MEMORIA. Juan Bautista Gómez murió el 15 de septiembre del año pasado, a los ochenta años de edad. Fotos: Raúl López | La Estrella

2012-09-14 — 12:00:00 AM DAVID. Mañana, que se cumple un año de la muerte del periodista Juan Bautista Gómez Amador, se hará entrega del ‘Premio a la Excelencia Cultural Juan Bautista Gómez Amador’ al profesor y escritor José Chen Barría.

Milagro Sánchez, historiadora, comparte que esta iniciativa surgió de varias personas de la provincia: Roger Patiño, fundador del semanario Culturama; Milciades Méndez, quien dirige el programa radioperiódico Impacto’, que fundado por Gómez Amador, y familiares del destacado comunicador.

‘Alguien que dejó 50 años de trabajo periodístico, sobre todo en el área educativa y cultural, no debe ser olvidado’, sostiene Sánchez, organizadora del acto.

La historiadora señala que no se trata de exaltar a la persona únicamente, sino también su pasión por la buena lectura y como ésta puede transformar a un individuo. ‘Juan Bautista era el modelo de persona que tienen que conocer las presentes y futuras generaciones’.

PERIODISMO LIBRE

Gómez Amador fue un gran expositor y analista de temas regionales, nacionales e internacionales frente a los micrófonos de la emisora Radio Chiriquí, donde presentó durante muchos años su programa Impacto, espacio, caracterizado por un contenido cultural y educativo que lo llevó a convertirse en una escuela para sus oyentes.

‘No se dice haiga, se dice haya’, manifestaba con voz fuerte y pausada, en el segmento ‘Para hablar y escribir bien en Español’, donde acostumbraba a corregir muchas palabras de uso cotidiano.

JUAN, EL ESCRIBA

Gómez también escribió varios libros, entre ellos ‘Al margen de los temas’, ‘Mi vida en el periodismo’ y su máxima obra, ‘Compendio de sabiduría y buen humor’.

A lo largo de su vida reunió una gran cantidad de libros que donó a la Biblioteca Pública Santiago Anguizola Delgado de la ciudad de David y a la Casa Culturama, donde se ha dedicado un espacio que lleva su nombre.

‘En sus artículos de opinión y en el radioperiódico tenía siempre presente el tema literario’, explica la historiadora Sánchez, quien siguió de cerca la vida del periodista.

RESALTAR VALORES

Milciades Méndez y Luis ‘Lucho’ Henríquez han continuado el programa de radio que fundase Gómez Amador.

Méndez asegura que siguen reafirmando los valores culturales y educativos y la preservación de los recursos naturales, éste último fue otro de los temas con el cual se vio identificado el periodista.

Goméz Amador también criticó los daños ambientales que causaban los proyectos hidroeléctricos en su provincia y en la comarca. ‘Son daños irreparables al ambiente’, concluía.

UN LARGO RECORRIDO

El comunicador, que nació el 21 de agosto de 1931 y murió el 15 de septiembre de 2011, ocupó cargos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde ejerció la diplomacia en Argentina, España, Suiza, Brasil y Hong Kong. Regresó en 1970 y se dedicó de lleno al periodismo escrito y radial.

‘NO ME LA MEREZCO’

El excontralor José Chen Barría se enteró que le entregarían la medalla por una llamada telefónica.

‘Me llamaron y me citaron a una reunión con los organizadores. Allí me explicaron que habían tomando esta decisión. Yo les dije que no me la merecía, pero no la rechazaba’, comenta Chen Barría, quien viaja hoy a Tierras Altas para el evento de mañana.

Chen Barría, profesor jubilado, considera que lo escogieron por su aporte a la cultura y por su gran amistad con Gómez Amador. Ha publicado dos obras: la novela ‘En nombre de ellos’ y el ensayo ‘Ser Chiricano’.

De la novela ‘En nombre de ellos’, que va por la octava edición, el profesor Melquiades Villarreal Castillo escribió: ‘Es una radiografía de la sociedad panameña de nuestro tiempo, una clara imagen de nuestro Panamá en el cual mientras unos mueren de hambre otros mueren de indigestión’.

Villarreal agrega: ‘Es una vergüenza la imagen que se tiene de nosotros en el exterior, en el plano interno las mentiras vertidas por gobernantes inescrupulosos una y tantas veces han terminado siendo verdades: En Panamá no hay problemas, vivimos en un paraíso. Cuando nos hablan de los pobres miramos al vecino, tristemente Cristo tiene la razón una vez más: vemos la basurita en el ojo ajeno, pero somos incapaces de percibir la viga que nos niega la oportunidad de percibir nuestra propia realidad’.

LOS PROYECTOS

‘Siempre que viajaba a la provincia nos reuníamos para tomarnos un café’, recuerda Chen Barría, quien dice que ahora el reto será trabajar más por el mejoramiento de la educación y por el fortalecimiento de la cultura.

Sobre las obras futuras, el escritor adelanta que tiene ‘dos diseños de novelas’ que está investigando para luego llevarlas al papel.